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La milagrosa historia de una niña caleña que nació sin parte del cerebro

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Foto: cortesía Katherine Gutiérrez

Como un milagro de vida describe Katherine Gutiérrez la historia de su hija Gabriela, a quien dio a luz el 10 de junio de 2008 hacia las 6:30 p. m. en la Clínica De Los Remedios de Cali, trece días antes de la fecha prevista para su nacimiento. La menor, relata su madre, "es una niña supremamente feliz, pero presa de su cerebro".
Gaby padece de una condición denominada agenesia del lóbulo frontal, que le produjo un retardo global psicomotor, que no le permite controlar sus emociones y su conducta. Condición que le fue descubierta a los 3 años.
"Ella estaba programada para nacer el 23 de junio, pero, por cosas de Dios, un amigo médico de una prima me citó días antes para un monitoreo, en el que vimos que el corazoncito de Gabriela estaba lento. Tuve problemas para que me autorizaran una ecografía. Cuando se logró hacer, nos dimos cuenta que el cordón umbilical estaba enredado y el líquido amniótico bajito. Ella nació de milagro, porque tocó hacer cesárea de emergencia", explica Katherine.
La mujer narra que el ginecobstetra que trajo a su pequeña al mundo estaba aterrado, porque su cabeza era muy chiquita, por lo que le mandó un examen. Sin embargo, sostiene que desde ese momento empezaron las negligencias en su EPS, donde los especialistas le aseguraban que la bebé estaba en perfectas condiciones.
"La niña no succionaba leche y me echaron la culpa a mí, decían que no tenía paciencia, pero era su condición médica, la cual nadie sabía cómo tratar. Pasaron cinco meses, la niña súper blandengue, no alzaba la cabecita, no gateaba, tenía un retraso tenaz. A partir de los siete meses, la empezaron a tratar como una hipoxia perinatal, que le había faltado oxígeno al nacer, le hacían terapias, pero ella continuaba con retrasos", agrega la madre.
Katherine expresa que su hija caminó a los 23 meses, pero su instinto materno le indicaba que algo no andaba bien. Cuenta que cuando la menor cumplió tres años, ella optó por ir al pediatra de nuevo y, molesta, exigirle que le practicara un examen a su cabeza.
"Le hicieron un TAC cerebral y descubrieron una agenesia del lóbulo frontal, una enfermedad huérfana. No existe nadie que haya nacido sin el lóbulo frontal. Sí pasa que haya gente que lo pierda en accidentes, pero en una niña con una enfermedad congénita, no existía", menciona.
La caleña manifiesta que se iniciaron terapias de neurodesarrollo, pero la situación se volvió compleja debido a que ella es madre soltera y solo cuenta con el apoyo de su progenitora. Ella es artesana, pero debió abandonar su oficio para dedicarse de lleno a Gabriela.  
"Cuando la niña cumplió 8 años, a la fecha, todo cambió. Empezó a entrar en crisis y episodios psicóticos de ver visiones, de agredirnos y agredirse, acabó con todo en la casa. Nos hospitalizaron un mes, porque ella por su edad tiene que estar siempre con nosotras. Llevo cuatro meses sin trabajar, viviendo de la caridad de la gente. Decidí volver esto público porque ya me voy a enloquecer, lo único que hacen es intoxicar a la niña con medicamentos”, afirma Gutiérrez.
Sin encontrar soluciones, la angustiada madre optó por acudir a la solidaridad de la comunidad, por lo que les solicita cualquier tipo de colaboración que puedan realizar. El próximo 21 de octubre, la pequeña Gaby tiene una consulta por videoconferencia con especialistas de la clínica Ineco de Argentina, considerada número uno en Latinoamérica en enfermedades mentales y neurológicas.
"El lóbulo frontal controla todo lo que son las emociones, los impulsos, el raciocinio. O sea, es un conjunto de cosas que alteran por completo la condición de Gabriela, por eso le dan sus episodios que son tan tremendos. En la clínica en Argentina le pueden dar un tratamiento integral para sacar a la niña adelante. No se va a curar, pero si va a mejorar su calidad de vida", puntualiza Katherine.
La vallecaucana explica que en esta entidad especializada, un tratamiento de aproximadamente tres meses podría costar hasta $60 millones, valor al que se le deben sumar al menos $20 millones más por gastos de estadía. Quienes deseen pueden colaborar con donaciones a través de la cuenta de ahorros 30375368563, de Bancolombia, a nombre de Katherine Gutiérrez Tabares, o comunicarse con ella al teléfono 3012076898.

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