Siete personas murieron el fin de semana pasado por combates entre grupos armados. Labriegos temen nuevos enfrentamientos y piden garantías de seguridad.
El temor entre más de 200 familias campesinas del municipio de Suárez, Cauca, que se han refugiado en centros educativos para salvaguardar su integridad, es evidente.
“Estamos con mucho pánico porque se escucha que todavía hay muchos grupos armados en esta región y se teme por nuevos enfrentamientos, tenemos muchos niños de brazos”, dijo Ismael Yande, habitante de la cabaña.
Son niños, mujeres y hombres quienes aseguran que no han podido regresar a sus parcelas por el asedio de grupos al margen de la ley que rondan sus veredas.
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“Está complicada la situación y, hasta ahorita, llevamos cuatro días y no tenemos ayudas de ninguna parte del Estado, no ha llegado nada hasta el momento y seguimos a la expectativa”, afirmó Jorge Yande, presidente de la Junta de Acción Comunal de Agua Bonita.
En Popayán, el gobernador del Cauca, Óscar Rodrigo Campo, dijo que están en camino las ayudas humanitarias para atender esta emergencia generada por el conflicto armado.
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“Se tiene una ruta humanitaria para que podamos nosotros, desde la Gobernación, asistir con alimentos. Pero también el municipio, la Defensoría, todos haciendo un aporte para que exista control en unos tanques que abastezcan de agua y un trabajo sicosocial con la región”, dijo el funcionario.
Según las autoridades, grupos al margen de la ley que se disputan el control territorial y las rutas del narcotráfico, son los que se están enfrentado en esta zona, poniendo en riesgo la integridad de sus habitantes.
Siete muertos tras enfrentamientos entre EPL y presuntas disidencias...
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