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“No podemos seguir destruyéndonos en un canibalismo salvaje”: el Pacífico se movilizó por la paz

“No podemos seguir destruyéndonos en un canibalismo salvaje”: el Pacífico se movilizó por la paz

Con una jornada de manifestaciones en la que participaron todos los departamentos del Pacífico colombiano, la iglesia Católica hizo un enérgico llamado.

Una de las concentraciones más grandes fue la de Cali, centenares de personas se reunieron con actividades en defensa de la vida y la paz.

Crítica, así califican las distintas fuerzas vivas de la región, la situación humanitaria social y ambiental que se vive en el suroccidente colombiano, donde se encuentran los departamentos de Chocó, Valle del Cauca, Cauca y Nariño.

"No podemos seguir destruyéndonos, acabándonos, acusándonos unos a otros, en un canibalismo salvaje. Este país requiere que volvamos a la cultura de la conciliación”, dijo Francisco Nel Murillo, director de Pastoral Social de la Arquidiócesis de Cali.

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Para la iglesia Católica, no solo hay abandono estatal, pobreza, corrupción, sino persecución y muerte de líderes sociales.

“Hoy, los obispos decimos: ‘No más muertes de líderes, no más muertes de personas que asumen esta gran tarea de defender al ser humano, de presentar la dignidad, que debe ser respetada”, sostiene monseñor Luis Fernando Rodríguez, obispo auxiliar de Cali.

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En el Chocó, según la iglesia Católica, hay miles de personas confinadas como consecuencia de las acciones de grupos armados contra la población civil, las cuales se han intensificado.

“Hay once mil personas confinadas en 54 comunidades, muchos desplazamientos y también tenemos reclutamiento de menores y el control territorial de los grupos armados. Por lo tanto, todas estas afectaciones exigen alguna solución que sea estructural”, aseguró monseñor Juan Carlos Barreto, obispo de la Diócesis de Quibdó.

Según la iglesia Católica, es inadmisible que las comunidades del Pacífico sigan sufriendo la constante violación de sus derechos humanos, desplazamientos y reclutamiento de menores.

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Concentraciones como la de Cali también tuvieron lugar en otros 18 municipios del suroccidente colombiano, algunos de ellos con graves problemas de corrupción, narcotráfico, infraestructura e inversión social.

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