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Altos niveles de ruido tienen al borde de la desesperación a habitantes de cinco comunas de Cali

El tráfico pesado es uno de los factores que más se está robando la tranquilidad de los ciudadanos. Panorama.
Hay dos factores que están afectando la tranquilidad de los habitantes de Cali. Por un lado, el exceso de ruido en discotecas y restaurantes, pero por otro, en comunas como la 10, el que genera el flujo vehicular.
El ruido de los motores de carros y motos, así como los pitos en medio del gran tránsito de vehículos es lo que afecta la tranquilidad de quienes viven cerca de avenidas principales.
“Nos afecta mucho. Para quienes tenemos niños, en las horas de la tarde, llegan a descansar y no pueden hacerlo. El sector también es muy comercial, en realidad, el tema del sonido por acá es bastante abrumador”, señala Carol Buitrago, habitante de Cali.
“Tengo una vecina a quien le toca cerrar las ventanas con estos calores y también ponerse tapones para no escuchar ruido. Imagínese llegar a esos extremos para poder uno descansar medianamente”, afirma la ciudadana Esperanza Ruiz.
Pero ese no es el único inconveniente de ruido, hay quienes aseguran que, aún en barrios residenciales como San Antonio, no pueden ni siquiera dormir por la actividad comercial de restaurantes y bares.
“Mucho negocio de ruidoso que afectan la vida y el sueño de la gente y su tranquilidad. Es un barrio de veteranos, podemos decirlo, es un barrio donde la gente quiere descansar tipo 11:00 p. m. y resulta que son las 2:00, 3:00 a. m. y, si a un restaurante le llegó buena clientela, siguen derecho”, comenta Jorge Gamboa, presidente de la Fundación Vecinos de San Antonio.
Un total de 1.325 denuncias por exceso de ruido ha recibido el Dagma, la autoridad ambiental de Cali, durante lo corrido del año, situación por la cual se realizan controles.
“Son 70 decibeles en el diurno y 60 decibeles nocturno, cuando el sector es mixto. Cuando el sector es residencial, neto o predominante, son 65 decibeles diurno y 55 nocturno”, asegura Jhon Jairo Toro, líder de Gestión de Calidad Acústica del Dagma.
Según el Dagma, las comunas 2, 3, 10, 17 y 19 son las más bullosas de Cali y en lo corrido del año han suspendido la utilización de 61 equipos de amplificación de sonidos y tres han sido decomisados.
La comunidad asegura que las autoridades ambientales y la Policía deberían iniciar sanciones más efectivas contra los establecimientos de comercio que superan los niveles de ruido permitidos.

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