Advertisement

Advertisement

Advertisement

Advertisement

Push Noticias Caracol
Reciba nuestras notificaciones con lo último de:
Ahora no
Activar

Advertisement

Obispo roció agua bendita en zonas vulnerables para que "llegue la salvación, el amor y la paz"

El prelado llegó a estos sitios, azotados por la violencia, a bordo de un carro de bomberos desde donde lanzó esta bendición. 
El obispo de Buenaventura, monseñor Rubén Darío Jaramillo, roció con agua bendita los barrios más violentos de este municipio del Valle del Cauca. Centenares de personas se reunieron para presenciar esta jornada, que se desarrolló en medio de una campaña para promover la paz en el puerto.
Hasta los barrios El Caldas, Las Palmas, El Progreso y otros donde se registran altos índices de violencia llegó el obispo para bendecir a estas zonas con agua bendita y lo hizo subido en un carro de bomberos.
Llegue la salvación, el amor y la paz, amén”, dijo el obispo desde el vehículo y mientras lanzaba el agua bendita.
Una vez descendió del vehículo, explicó las razones por las cuales se trasladó a la zona para llevar a cabo esa bendición.
“Por estas calles a veces hay muerte y en estas comunas, en ciertos lugares, hay fronteras invisibles. Queremos la libertad, poder caminar por todas partes, ser libres, estar vivos, ser alegres. Este pueblo merece la bendición”, dijo el obispo Jaramillo.
Habitantes de estos sectores golpeados por el conflicto celebraron la particular acción del prelado.
“Eso es lo más bello que han hecho, recurrir a estos barrios donde la violencia los está azotando y esa bendición es muy influyente para esta comunidad”, asegura Balmes Caicedo, habitante de Buenaventura.
“Esta bendición solemne para la comunidad de Buenaventura significa que, en este momento, le estamos pidiendo a Dios que entre la paz a Buenaventura, que termine la violencia”, anotó, por su parte, Betzaida Olave, otra residente del puerto vallecaucano.
La fe de los moradores les permite confiar que, luego de esta jornada, la difícil situación que han vivido pueda cambiar.
Fueron cientos y cientos de personas que se agolparon alrededor del carro de bomberos, desde donde monseñor Jaramillo estaba rociando agua bendita.

  • Advertisement