Este viernes 5 de marzo se cumple un año de la extraña y trágica muerte de la joven
Con la voz entrecortada, recuerda a Ana María como la niña de grandes sueños y personalidad arrolladora. “Quería definitivamente ser una buena psicóloga y salir de Colombia. Siempre me decía que ella me llevaba después”, comentó en entrevista con
Afirmó que luego de un año de lucha y no olvido, lo más duro es seguir sin saber la verdad.
“Yo quiero conocer la verdad de lo que pasó con mi hija y que los culpables de su crimen, por supuesto, paguen”, enfatiza.
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Sobre
“Que hablen. Yo nunca he hablado con ellos, excepto con uno el día que ella muere, pero no, a mí nunca me han buscado ellos para nada. Más que perdón quisiera conocer la verdad, ojalá de su propia boca”, dice.
Y agrega que, aunque sería algo bueno para ella, les solicita que hablen “por ellos mismos, porque no se puede vivir con una carga de esas toda la vida”.
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Su refugio para seguir en pie ha sido Dios y dice que espera que más mujeres que -como ella- no saben qué pasó con sus hijas, sigan adelante para que se haga justicia.
“Por eso digo yo: no dejen de luchar, que rendirse no sea una opción, porque eso es lo que tengo acá en mi corazón y por eso digo que haré lo que sea necesario. Que no se rindan, que hay que ser perseverantes porque nadie es dueño de la vida de nadie. Es algo que dolerá toda la vida, yo pienso que uno aprende a vivir con ese dolor”, puntualiza.
Justicia y verdad, esas son las palabras que retumban en la cabeza de doña Nidia buscando que el caso de Ana María no quede en la impunidad.