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Si hay más de 100 camas disponibles para COVID en Bogotá, ¿por qué han muerto personas esperando?

Con casos como el del docente Mauricio López es necesario cuestionar a las autoridades. Esto responde el Secretario de Salud de la capital.

Entrevista a secretario de salud de Bogotá - 17 de enero de 2021.jpg

El observatorio de salud del Distrito asevera que en la capital hay 141 camas para atender casos de coronavirus. Sin embargo, recientemente falleció el docente Mauricio López por falta de una.

“Estuvo tres días esperando una UCI que nunca llegó”, dijo la esposa del profesor, Jeizer Jiménez.

¿Qué responde el Distrito ante esta versión? “Negar que estamos en un momento de supremas dificultades con la red hospitalaria sería tratar de tapar el sol con un dedo. Estamos en alerta roja hospitalaria, en Bogotá y otras muchas ciudades del mundo. Regulamos permanentemente los pacientes, eso lleva a que podamos ubicar unos y a que otros se demoren más, sobre todo cuando se requieren otro tipo de especialidades”, explicó el secretario de Salud, Alejandro Gómez.

“En el turno del 16 de enero logramos ubicar 133 pacientes en camas UCI en la ciudad de Bogotá. Desconocer el dolor de la gente, la angustia de las familias para quienes ha sido más difícil encontrar una cama sería una responsabilidad. Trabajamos día y noche para lograr con el giro-cama la mejor asignación de nuestros recursos”, añadió.

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El funcionario manifestó que enviar pacientes para que sean atendidos en otras ciudades no es “una debilidad del sistema” y que así se procede, incluso cuando no hay pandemia. Como ejemplo, dijo que “entre el primero de diciembre y la fecha actual hemos recibido más de 240 pacientes que no son de Bogotá. Eso es lo normal”.

En fechas anteriores se dijo que Bogotá llegaría a 4.000 camas UCI, pero hay 2.300. ¿Qué pasó con las otras casi 2.000 camas? Esto respondió Gómez:

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El error de haber dicho que íbamos a subir hasta 4.000 unidades de cuidados intensivos es responsabilidad mía. Hicimos, al momento del inicio de la pandemia, unos cálculos de cuántas camas se podían transformar en unidades de cuidados intensivos en el momento más difícil. Nos dimos cuenta de nuestro error y lo corregimos antes de un mes. Eso lo habíamos dicho en marzo y en abril ya habíamos dicho que nuestra capacidad de crecimiento iba a estar en los 2.000 y no en los 4.000”.

“Entendimos que poner una cama UCI no es solo la cama. Sino además de la maquinaria, el talento humano”, puntualizó.

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