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Modernos puentes contratados en Ráquira, Boyacá, tienen pinta de elefantes blancos

Las obras fueron suspendidas en diciembre y los materiales fueron dejados a la intemperie, lo que obligó a la comunidad a improvisar otras estructuras.

El periodista - 11 de agosto.jpg

Los trabajos que pretendían la construcción de modernos y útiles puentes para la comunidad por lo menos cuatro veredas de Ráquira, en Boyacá, quedaron a medias. Por eso los habitantes le piden a la administración municipal que se retomen lo más pronto.

“Nos encontramos en la vereda la Candelaria, estamos viviendo desde hace un año la demora en la construcción de unos puentes, los cuales fueron contratados por la administración anterior y tenían un plazo de cinco meses, las obras fueron suspendidas en la última semana de diciembre, quedando sin terminar”, dice el denunciante.

Por esa razón, la comunidad denunció a la sección El Periodista Soy Yo de Noticias Caracol que ha tenido que construir pasos improvisados para transitar, además quedaron materiales a la intemperie, los cuales se han desperdiciado, pues no fueron almacenados adecuadamente.

“También sucede en la vereda Chinchanga, donde la obra quedó inconclusa, y los habitantes tuvieron que improvisar un puente para transitar y mover sus productos agrícolas”, afirma el denunciante.

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Lo grave es que la historia se repite en otras dos veredas, la Tapia y en Gachaneca.

“Pedimos concluir estas obras, pues en el municipio ya se dio viabilidad para estos trabajos”, asegura la fuente.

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Fallas en atención

Desde Paratebueno, Cundinamarca, Enith Cecilia Ariza denuncia un puesto de salud fantasma, pues es mala la atención que se presta en ese lugar. Dice que las urgencias no están siendo atendidas y que los teléfonos en donde se deben pedir las citas nunca contestan.

Faltan buses del MÍO

Y desde Cali informan usuarios del sistema de transporte MÍO que se viene presentando una gran problemática en sus rutas.

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Afirman que son pocos los buses que vienen prestando el servicio en algunas rutas y los usuarios se ven obligados abordar los vehículos sin tener en cuenta las medidas de distanciamiento y ocupación.

Aunque se ve que se respetan las sillas marcadas, los pasillos terminan abarrotados lo que incrementa la posibilidad de contagios de COVID-19. Por eso piden al MÍO que se amplíen las frecuencias para evitar este tipo de aglomeraciones.

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