Como un engaño de marca mayor califican la mentira de una joven que le decía a su mamá que estudiaba en Oxford. La señora, vendiendo flores, recaudaba dinero para enviarle, sin saber que lo que estaba era ayudándole a financiar una vida de lujo.
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Una entrevista de un medio de comunicación que quiso exaltar la labor diaria de Gülseren Bozkur, madre que comercializaba arreglos florales en un cementerio de la provincia de Hatay, en
Según la historia, su hija Merve Bozkurt, de 25 años, estaba hace 5 estudiando en la Facultad de Medicina de la Universidad de Oxford en
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“Si una persona goza de buena salud, trabajar es lo mejor que puede hacer. Es bueno gastar el dinero que gano en mis hijos. Quiero que todas las mujeres trabajen y se mantengan firmes”, decía la mujer antes de conocer la verdad.
Mientras, su hija agregaba: "No desperdiciaré los grandes esfuerzos de mi madre y la honraré".
Pero, como dice el dicho, más rápido cae un mentiroso que un cojo. Aunque la dedicación de Gülseren se volvió
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Y fue cuando Merve confesó la verdad: "Me siento muy mal porque molesté a mi madre. Me inventé una historia. Hice que todos creyeran esta historia, incluyéndome a mí. Sin embargo, en realidad estuve trabajando en una oficina de bienes raíces en Estambul todo este tiempo". Se supo que la joven ni siquiera tenía pasaporte para salir del país.
Con su trabajo, la entregada madre ya había sacado adelante la educación de su hijo mayor.