El campo está envejeciendo: piden incentivos para que los jóvenes sigan cultivando café

Entre valles y cadenas montañosas de un verde profundo creció Luz Adriana. Es una zona imponente y paradisiaca y ella la aprendió a labrar desde pequeña, sembrando café.

"Me gustaría estudiar Medicina y demostrar que las mujeres del campo también tenemos capacidades”, dice Luz Adriana.

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Creció en Palestina, Caldas, aprendió los valores de la vida y el trabajo. Tiene arraigo por su tierra y la ama, pero siente que es hora de partir.

"Me gustaría que nos incluyeran más en lo político para que nos den más oportunidades de estudio”, dice.

Aquí vive con su familia y sus amigos, quienes ya perdieron la cuenta de cuántos migraron del campo a la ciudad. Varios jóvenes ya no lo encuentran atractivo en lo económico y lo laboral.

"Pedimos créditos para levantar nuestros lotes, levantar el café. Deberíamos tener más apoyo del Estado para levantar nuestros lotes”, afirma Johan Pérez, joven de Palestina.

Algo que preocupa a los empresarios porque la mano de obra en el campo se está envejeciendo.

"Ellos tienen que ver y palpar temas que les genere ingresos, que les den fiabilidad y eso se logra desde la educación. Lo más importante es que la universidad llegue al campo, porque es muy difícil que los muchachos que se gradúan de las escuelas rurales lleguen a la universidad”, sostiene el empresario Eugenio Vélez.

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En Caldas, por ejemplo, el 90% de la producción de café está en manos de personas entre los 50 y 60 años.

"El promedio ya está en edad de jubilarse y no hay ese empalme generacional, esa generación de relevo que esté dispuesta a quedarse en el campo”, dice Vélez.

Algo que podría generar un coletazo económico en el departamento si no se encuentran soluciones.

"Aproximadamente entre el 25 y 35% de los empleos de Caldas se siguen generando por el cultivo del café y la participación se ha venido perdiendo”, señala Alejandro Barrera, economista de la Universidad de Manizales.

Un problema que urge de soluciones. Hoy quienes tienen las manos experimentadas sienten que se están quedando solos.