La historia de Sebastián Balaguera demuestra cómo los malos hábitos pueden cobrar la vida de las personas. Él logró superar un sobrepeso que casi le cuesta la vida.
“Desde los 5 a los 15 años tuve problemas de comida, especialmente con la comida chatarra y las bebidas azucaradas. También tenía problemas de ansiedad. A los 14 años pesaba 250 kilos, no me podía mover ni respirar. La ropa de un joven normal no me servía”, narró el joven.
Gracias al amor de su familia, a su fuerza de voluntad y a la fundación Gorditos de Corazón, que lo apoyó con cuatro cirugías, Sebastián cuenta hoy su lucha.
“Ahora tengo 20 años y peso 70 kilos, hago actividad física, he aprendido a comer y a quererme mucho”, expresó.
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Y no es solo la historia de ese joven, el sobrepeso en
“La mala alimentación de niños y jóvenes del país es crítica. Igualmente, el aumento progresivo del sobrepeso y la obesidad. Encontramos enfermedades de alto riesgo, niveles de estrés y ansiedad”, manifestó Salvador Palacios, director de la fundación Gorditos de Corazón.
Volvió el debate
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A la mesa volvió el debate del consumo de comida chatarra y
El Concejo de
“Que la administración tendrá la obligación de promover campañas educativas para que los niños dejen de lado las bebidas azucaradas y consuman agua potable y alimentos saludables”, indicó Álvaro Acevedo, concejal de la capital del país.
La mala alimentación y las enfermedades
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Óscar Rosero, endocrinólogo, expresó cuáles son las cantidades máximas de azúcar añadida que una persona debería ingerir en su dieta diaria.
“El consumo máximo de azúcar en la dieta promedio debe ser de menos 25 gramos al día y una bebida azucarada tiene 50 gramos, ahí duplicamos el aporte. El exceso de azúcar generará respuestas metabólicas en producción de la hormona de la insulina que hace que se genere grasa”, reveló el especialista.
Sobre los impactos del exceso de azúcar añadida en el cuerpo, Rosero indicó que es “catastrófico”.
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“Metabólicamente hablando, el impacto negativo de una bebida azucarada es catastrófico. Ese impacto, en muchas ocasiones, se ve en la mediana infancia. Podemos ver niños sin sobrepeso, pero que consumen azúcar. Ellos, quizás, en su etapa adulta padecerán enfermedades complicadas”, agregó.
El endocrinólogo concluyó aconsejando a los padres para que sus hijos no tengan problemas con el azúcar a medida que van creciendo.
“Tenemos en nuestra cultura el consumo alto de azúcar. El consejo con los niños es no le den un gramo de azúcar añadida a los niños hasta los dos años. Después de ahí, tengan cautela, no le den productos azucarados, denle comida de verdad”, manifestó Rosero.