El Espectador sigue adelante y en sus 135 años de historia, no deja de innovar. Al comienzo de la pandemia del COVID-19, en varias regiones del mundo se represaron contenedores que traían insumos, entre ellos, papel. Por eso, varias rotativas de periódicos en el mundo debieron enfrentar el dilema de comprar caro o cerrar incluso.
Entonces, en el diario El Espectador se dieron a la tarea de buscar impresores, papel y otros insumos. De esta manera, encontraron un productor de papel nacional, que al principio no dio alternativas, ya que su producción era recogida por la demanda internacional de papel y no tenía en cuenta ofertas para producirlo en el país.
Pero en El Espectador perseveraron y encontraron quien escuchara y atendiera sus demandas: papel más barato y ecológico. Ahí fue cuando encontraron alternativas y rentabilidad: empezó a circular por sus rotativas papel de bagazo de caña de azúcar.
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Su gerente de operaciones, Fabio Chica, lo explica: "Nos generó muchas dificultades en la parte de impresión y la crisis del papel y de los contenedores. Todo eso nos obligó a buscar una nueva alternativa. Este papel es de bagazo de caña de azúcar y eso es como el desecho de la caña y de ahí arrancó eso y es amigable con el medio ambiente".
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Ese proceso para no detener la producción llevó a buscar lo que para muchos lectores fue un acierto: un papel que no mancha, es más blanco, económico y convierten a El Espectador en pionero, con materiales ecológicos y del país.
Chica también recuerda que entre las dificultades estaba el alto costo de los insumos. "El papel de antes es mucho más caro y es más caro porque toca importarlo y los fletes aquí en Colombia son muy costosos", dice.
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Otro de los elementos que convierten a este diario en pionero es su proceso de empleo de tintas más ecológicas. Chica sostiene que "se trató de buscar las tintas más amigables con el medio ambiente".
Aclara que no son 100% ecológicas y dice que una parte de la tinta es a base de soya y "entonces contaminamos menos". Además del papel y la naturaleza de las tintas, está el plástico en el que empacan el diario. "Es un plástico biodegradable en 6 meses", sostiene el gerente de operaciones.
Y así avanza la circulación de uno de los diarios más antiguos de Colombia y del continente. En su impresión, sigue escalando otro peldaño hacia la optimización y la ecoinnovación.
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