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Lecciones que deja David Vélez, el colombiano más rico del mundo

Nubank, el banco digital independiente más grande del mundo y del que es cofundador, hizo su debut en la Bolsa de Nueva York. Pese a los obstáculos, así logró el empresario sacar adelante su proyecto.

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El 9 de diciembre fue uno de los días más importantes en la carrera de David Vélez, el colombiano que cofundó Nubank. La compañía fue listada en la Bolsa de Nueva York, donde en un solo día recaudó 2.600 millones de dólares. Con acciones al alza, la capitalización de mercado de la empresa supera los 50 mil millones de dólares.

El colombiano asegura que “América Latina es un mercado muy grande y hemos podido construir una de las plataformas de banca digital más grandes del mundo. En los últimos 8 años ya obtuvimos 48 millones de clientes en Brasil, México y Colombia”.

Cómo se gestó la iniciativa de David Vélez

Nubank nació en 2013 después de docenas de malas experiencias de David Vélez con el sistema financiero, incluidas excesivas tasas de interés. Así ideó una entidad sin la pesada estructura de aquellas que tienen sucursales físicas, lo que permite ofrecer mejores tasas, y volcado al servicio al cliente.

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Dónde nació Nubank

David Vélez: Empezamos en una casa donde nadie daba nada. Desde afuera veía eso y decía ‘¿qué es esto?’ Parece de todo, menos un banco digital y el futuro de la banca en Latinoamérica. Siempre cuento la historia de que había dos tipos de personas que venían a entrevistarse con nosotros: un tipo de gente que venía con su saco y corbata interesado por el proyecto de un nuevo banco, pero veían esa casa y decían ‘dejen de perder el tiempo, no tengo tiempo para perder, me voy de aquí’.

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Y llegaba otro tipo de gente que llegaba y decía ‘listo, no necesito saber más, voy a salir de mi trabajo y quiero estar aquí el lunes ganando 50% menos de lo que estaba ganando’-

La mayoría de los inversionistas de la región le dijeron no al proyecto

David Vélez: Yo creo que en Brasil y en Latinoamérica de unas 30 conversaciones que tuve, 30 dijeron que no. En Brasil me decían ‘David, usted es colombiano, usted no es brasileño, no entiende este segmento, no sabe lo que está haciendo, no se puede competir contra esas empresas, son protegidas, jamás un emprendedor va a lograr llegar allá’. Pero cuando tenía esa conversación con los inversionistas en Silicon Valley era completamente lo opuesto. Para ellos invertir con el pequeño que iba contra el gigante era el tipo de historia que ellos estaban buscando.

La probabilidad de éxito de Vélez era pequeña

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David Vélez: Cuando uno cambia el modelo de negocios, cuando ya no hay sucursales, cuando no hay que contratar 100 mil empleados, cuando no hay que tener edificios caros, con meseros sirviéndoles a los banqueros, y por el contrario uno puede tener una estructura súper eficiente.

El empresario reconoce lo afortunado que ha sido y por eso decidió donar, junto con su esposa, la mayor parte de su riqueza

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David Vélez: Nosotros nos sentimos muy afortunados de haber tenido familias que nos dieran las oportunidades que tuvimos y gracias a eso hemos construido lo que hemos construido. Y creemos que un mejor futuro para países como Colombia va a ser donde todo el mundo tenga la oportunidad de tener éxito.

Una lección sobre el significado del dinero

David Vélez: Una de las cosas que siempre he escuchado de mis papás, y tiene mucho sentido, es que, primero, sin importar la cantidad de dinero que uno tenga en la cuenta del banco, todos vamos a tener un final en algún momento. Nadie se puede llevar nada para la tumba. Número dos, hay un límite en la cantidad de consumo que uno puede tener. No podemos ponernos dos pares de zapatos al mismo tiempo.

La importancia de que los hijos construyan su propio camino

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David Vélez: Los factores que nos llevaron a construir lo que hemos construido es claramente lo que nosotros llamamos en la cátedra ese sentido de desesperación. Y hay gente que no tiene ese sentido, que lo tuvo todo muy fácil, y me parece que es triste, es una pérdida de oportunidad, quitarle a un hijo ese sentido de desesperación es un daño muy grande. Entonces, queremos darles a nuestros hijos muchísimo amor y apoyo, pero queremos que tengan esa hambre y ese sentido de desesperación.

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