El
Luis Eduardo Marulanda, un curtido experto en operaciones de búsqueda y rescate en estructuras colapsadas que fue invitado por segunda vez a un curso de línea de fuego, estaba con un batallón de los bomberos de New Jersey que fue activado para apoyar la atención de la emergencia.
Marulanda, oriundo de
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Desde el comando del incidente dieron la orden por radio para que el grupo de bomberos en el que él estaba entrará a la torre norte. Su tarea, subir por las escaleras hasta el piso 50, verificar si había fuego y contenerlo.
Su prioridad también era proteger a quienes evacuaban la gigantesca edificación que era consumida por las llamas.
Marulanda, junto a otros 24 bomberos, solo pudo llegar al décimo piso. Recuerda que su reloj marcaba las 9:03 minutos de la mañana del 11-S, hora que jamás olvidará.
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"Estamos en la torre norte haciendo todo el tema de evacuación cuando impactó el otro avión. Estábamos empezando a subir las escaleras, cuando impactó y ahí mismo nos dicen ‘amenaza en el Pentágono, se acaba de estrellar un avión en la torre sur, tengan precaución porque ahora sí es un acto terrorista’”, manifestó Luis Eduardo Marulanda.
Tras el impacto del segundo avión, el pánico, asegura Marulanda, se apoderó de quienes por todos los medios buscaban salir de la torre norte.
"Las personas comenzaron a comunicarse con sus familiares y les dijeron que era un atentado terrorista. Se formó un caos por las escaleras. La gente se tiraba encima de otros. Todos les pasaban por encima”, narró el rescatista.
A la unidad de Marulanda le dieron la orden de retroceder, bajar al lobby de la torre norte y desplegarse en los alrededores del World Trade Center para evacuar a los conmocionados sobrevivientes del ataque.
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Pero ocurrió lo inesperado: la estructura de la torre sur, que ardió durante 56 minutos a más de mil grados Celsius, no aguantó más y se desplomó.
"Mucha gente tuvo que haber muerto, bien sea cuando colapsó la torre o los que estuvieron cerca de las edificaciones”, complementó.
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Afirmó que un mexicano, que estaba indocumentado, le contó que su hermano estaba entre los escombros y que no podía hacer nada porque lo deportaban: “Esa situación me quebró, eso me partió. La cola de migrantes era inmensa. Ellos ahí callados”.
La historia de otro héroe
Hace dos décadas,
Tras atender la emergencia del 11-S, contó lo que vivió: "Cuando chocó el primer avión los bomberos entraron al edificio y subieron, cuando chocó la otra nave también hicieron lo mismo, empezaron a subir. De los fallecidos dos eran buenos amigos míos que conocía hace más de cuatro años y medio”.
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Dicen los que saben de estructuras que el World Trade Center no colapsó por la fuerza del impacto de los dos aviones, sino por las altas temperaturas a las que fueron sometidas las edificaciones.
Al atentado terrorista más grande de la historia de la humanidad respondieron miles de bomberos que son para los neoyorkinos sus eternos héroes. Dentro de ellos estaban cinco colombianos.
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De las 2.753 personas que murieron allí, 343 eran bomberos y 23 policías.
Ellos, sin pensarlo, se la jugaron y retaron las condiciones más hostiles de una operación de rescate para salvar a quienes habían madrugado a trabajar y nunca se imaginaron que la demencia de Al Qaeda iba a vengarse de esa manera de la democracia más poderosa del planeta.