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Paloma Valencia explica por qué no le gustaría ver a Gustavo Petro como presidente

La precandidata dice que el uribismo, al que compara con un "milagro", es lo mejor que le ha pasado a Colombia. ¿Qué piensa de Duque? Entrevista con María Alejandra Villamizar.

Paloma Valencia

Paloma Valencia, precandidata por el Centro Democrático, habló con Noticias Caracol sobre su aspiración presidencial y precisó por qué no le gustaría que Gustavo Petro llegue a la Casa de Nariño.

Esta es la entrevista:

María Alejandra Villamizar: ¿Qué estado tiene la democracia para las mujeres?

Paloma Valencia: Es impresionante pensar que en un país donde las mujeres somos la gran mayoría estemos tan subrepresentadas en la política y que en este país siga estando como tan prevalentes los hombres como figuras importantes en la política

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María Alejandra Villamizar: ¿Qué falta para romper el mito de que no hay suficientes mujeres preparadas para entrar en la política?

Paloma Valencia: Cuando un hombre debate es que es un gran panelista, en cambio Paloma es una loca, es una peleona. Yo me pongo a mirar y yo he tenido discusiones muy fuertes ideológicas con todo el mundo y con todos tengo excelente relación.

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María Alejandra Villamizar: ¿Cuál es el diagnóstico que la embarga frente al país?

Paloma Valencia: Mis dolores más grandes es primero la pobreza. Muchos colombianos no se enteran de la situación en que están muchos otros. Hablar de un 42,5 de pobreza y de 7,5 millones de colombianos en la pobreza extrema creo que nos debiera mover a todos, porque este es un país de ingreso medio y no es aceptable que tengamos gente viviendo en las condiciones en que están viviendo los colombianos.

Mi segundo dolor es la corrupción. Es asqueroso ver cómo aquí hay una manguala de poderes que no se dejan juzgar, que nunca pasa nada, una justicia inoperante, como de espaldas al país, que hacen el chiste de que estuvo seis meses en paro y nadie se dio cuenta y a mí eso me duele porque uno de los factores que legitima el Estado y que hace que la gente confíe en el Estado es la administración de justicia, pero cuando tiene un 96% de impunidad, es decir, que de cada 100 corruptos, 3 o 4 van a la cárcel, tenemos un problema de fondo que el país tiene que superar.

Otro de mis dolores es lo que pasó con el sistema económico en la pandemia y durante el paro. Ver el esfuerzo de los colombianos. Dos millones y medio de microempresas en el país y se quiebran 510 mil durante la pandemia y uno se pregunta qué va a pasar con esas familias y si quisiéramos hacer una política pública no se puede porque además están en la informalidad, no sabemos quiénes son ni a qué se dedican. Cómo es posible que en este país todavía el 60% de los niños del sistema público estén sin presencialidad, cuando hoy todos los estudios muestran de manera cruda que entre menos presencialidad peores resultados y el 60% de los niños del sistema público, que son los más pobres de este país, hoy están sin colegio. Eso no tiene perdón de Dios. Hay cosas que no pueden seguir factores de política. El problema de Fecode es un problema que todo el mundo tiene que asumir.

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María Alejandra Villamizar: ¿Por qué el Estado no es efectivo para lograr esas políticas públicas?

Paloma Valencia: Este país tiene unas dinámicas que no son las convenientes, pero es una rueda que va rodando, entonces cuando trata de parar esa rueda simplemente lo arrolla y usted no logra hacer nada. Por eso tiene que tener detrás el consenso de una ciudadanía que entienda que hay cosas que hay que cambiar.

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Tenemos una cantidad de burocracia que en mi opinión es ineficiente. Debiéramos gastar en burocracia productiva. En vez de tener un montón de subsidios que no se sabe bien para dónde van, contratemos la gente para que con autoconstrucción podamos hacer las mejoras básicas.

María Alejandra Villamizar: La mejora de esos beneficios sociales es un Estado de bienestar, pero no parece que fuera la prioridad de los gobiernos.

Paloma Valencia: No creo que el tema sea un Estado de bienestar porque no creo que uno tenga que subsidiarlo todo, pero sí mirando qué está pasando con la población pobre. Tiene que apostarle al crecimiento económico.

Lo que pasa es que el populismo en América Latina está súper en boga, tanto de izquierda como de derecha como de todo. ¿Y qué es el populismo? Es decir que hay una varita mágica para la solución de los problemas, que no la hay, porque los problemas se solucionan gradualmente y son difíciles, y claro que uno logra en cuatro años avanzar muchísimos, pero eso no se soluciona de un día para otro.

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Caso Chile: era un país que venía avanzando muy bien y usted echa todo para abajo con el sueño de que tumbando todo a usted le va a surgir el mundo ideal, que es la utopía de la revolución.

María Alejandra Villamizar: ¿Ese liderazgo y forma de construcción colectiva le gusta?

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Paloma Valencia: Lo he pensado mucho porque tiene que ver con la crisis de la legitimación de las democracias representativas. La aparición de las redes sociales tiene cosas maravillosas porque la gente pudo empoderarse, ya no hay causas pequeñas, la gente se puede organizar, coordinar de una forma que antes no podía, pero también la gente empezó a pensar ‘yo puedo tomar las decisiones y no necesito quién me represente’. Y entonces llegamos a un Estado donde la gente está sintiendo casi que hagamos una encuesta por Twitter sobre cualquier tema que se haya que decidir y ellos deciden. Eso llevó a algo peligroso que es la trivialización de la política pública en el sentido de que los problemas públicos son muy complejos y necesitan entender qué es lo que se ha hecho a lo largo de la historia para solucionarlos, por qué han funcionado unas cosas, por qué han fracasado otras, qué se está haciendo en el mundo, qué cosas pueden ayudar, porque todos son ajustes que hay que hacer para que los resultados sean mejores.

Lo segundo, la ausencia de verdad en el sentido de que todo el mundo considera que tiene su verdad, ya no hay hechos sobre los cuales podamos ponernos de acuerdo.

María Alejandra Villamizar: El Gobierno de su partido tiene hasta el momento unos índices de desfavorabilidad muy altos.

Paloma Valencia: No se está reeligiendo al presidente Duque. Aquí estamos en un equipo y hay cosas que le salieron bien al presidente Duque, otras que innegablemente le salieron mal, ha tenido equivocaciones, ha tenido aciertos. Sin embargo, creo que nuestro proyecto político comparte un ideal.

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María Alejandra Villamizar: Si llegase a darse que Paloma Valencia no es candidata del Centro Democrático, ¿ese proyecto se frustra?

Paloma Valencia: Quiero ser presidente de Colombia, pero si no lo soy tampoco me desvela. No creo que esté quemada en la política, pero iré viendo qué alternativas hay. Lo importante para mí es que el país quede en buenas manos.

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María Alejandra Villamizar: ¿Comparte la percepción que arrojan algunas encuestas de que el uribismo ya no es el mismo del 2002, ni del 2010, de un proyecto político que lleva mucho en el poder y que podría someterse a un desgaste?

Paloma Valencia: El uribismo más que un partido es una certeza. El uribismo es que uno fue testigo de un milagro, cuando teníamos un país secuestrado por la violencia, sin ninguna posibilidad, muchos ciudadanos fuimos capaces de decidir cambiar y cambiamos.

Miro las circunstancias actuales y el uribismo lo que me da es la luz interior, la certeza absoluta de que esta crisis la podemos superar y entonces si me pregunta si el uribismo está pasado de moda, el uribismo está acabado, yo le diría que no, porque el uribismo es una fuerza interior de saber que se puede.

María Alejandra Villamizar: Ante la posibilidad de que Gustavo Petro sea presidente, eventualmente podría estar de acuerdo con la amnistía general propuesta por Álvaro Uribe. ¿Es realmente tan opuesto?

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Paloma Valencia: A mí no me gusta que quien ha empuñado las armas contra los colombianos llegue a la Presidencia. Yo creo que la política exige buscar nuestros mejores hombres y nuestras mejores mujeres. Entiendo que la sociedad perdone y haya decidido amnistiar.

Lo segundo es que me preocupa mucho el populismo con el que uno lo oye y sobre todo los mensajes de odio de quienes lo acompañan. Expresiones como ‘hay que acabar con el uribismo’, ‘entiendo que se sienta orgulloso de ser uribista’… Cuando usted construye identidades diciendo que hay que acabar lo otro a mí me da miedo.

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María Alejandra Villamizar: ¿Qué debe pasar en la lucha contra el narcotráfico?

Paloma Valencia: Es uno de los problemas en los que no nos ponemos de acuerdo nunca porque tiene unos contextos muy difíciles. El hecho de que se haya dicho que el narcotráfico es conexo al delito político en los acuerdos de La Habana me genera una perplejidad muy grande. Entonces resulta que sí se vale el narcotráfico cuando usted tiene móviles políticos. Hago aquí una digresión porque creo que Colombia no puede seguir por ese camino de decir que la izquierda tiene derecho a matar colombianos, a narcotraficantes porque tiene móviles políticos. Y digo la izquierda específicamente porque hay que recordar que cuando se fue a dar tratamiento político a los paramilitares dijeron que eran delincuentes comunes y que no podían tener tratamiento político. Entonces es una figura exclusivamente para la izquierda armada, pero reconocida también por la izquierda institucional que dice que sí, que son crímenes políticos.

Cuando uno mira quiénes son los carteles del narcotráfico son las disidencias de las FARC, el ELN y el Clan del Golfo. Y entonces nos dicen que tenemos que seguir negociando con ellos y entonces los negocian, los meten en la política, les dan impunidad y después otro hereda el negocio.

Se ha vuelto muy de moda decir que legalicemos y si esa fuera una solución, magnífico, pero es que nosotros somos un país en vía de desarrollo, cuya economía tiene un principal socio comercial en Estados Unidos, en Europa. Si tú legalizas mañana la cocaína, mañana mismo tienes que dejar de exportar banano, café, todos los productos colombianos.

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